Nota de cumpleaños sábado, noviembre 22, 2008
No hay
diferencia
entre tener doce y tener quince. /Me
dice mamá que cuando vuelva a casa
me enseña a hacerme esas trenzas que me
gustaron. Papá dice/
niña, hace tiempo no te veía con falda,
es que es el calor y el agua en las baldosas del patio
se acaba rápido y no puedo regar todo el día
papá vuelve a decir hace tiempo, ¿qué tiempos,
no?, ¿cuántos años me dijiste que cumplías?,
y justo entonces se corta el agua de la llave,
afuera de casa se escuchan unos tacos
que parecen de zapato de hombre /papá es el
que cortó el agua y arquea la espalda
tiene a veces papá granitos en la espalda
tiene lucecitas en la espalda, papá /le brilla el agua
en la espalda y las lucecitas, me
gustabas más cuando no sabías usar la hache,
susurra, el agua está cortada y no me dejan seguir
mojando las baldosas del patio y
la sombra de mi falda en las baldosas
empieza a subir y subir y me dice la hache, niña,
la hache es la que no se dice/ no diga nada,
al rato te rearmo las trenzas,
cuando salga del cuarto de baño y me afeite, ¿eh?,
en el mismo baño en que yo
todos los días me siento
y se mueven partes adentro /una vez a los doce
otra más será a los quince:
la hache nunca se dice.
Etiquetas: de mis letras, intentos de poeta, lo de ser mujer, los instintos
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