Home alive viernes, septiembre 05, 2008
El recuerdo golpea y golpea otra vez. Sobre el golpeteo se arma una melodía
que suena como punk pero recuerda al blues, y sobre la melodía canta
Mia Zapata, quince años después. Era una noche cualquiera, acá
invierno y allá verano, una noche en que yo dormía después
de haber jugado en silencio toda la tarde con mis muñecas, una noche
en que yo dormía mientras ella se encontraba en alguna parte al hombre
oscuro que la golpeó y violó, una noche en que los vecinos escucharon
gritos pero nadie se asomó a mirar hasta que ya era demasiado tarde,
la noche en que ya no hubo más Mia y no hubo más grabaciones con
esa voz que hoy me gusta tanto, en que ya no hubo más que el recuerdo
del horror y el recuerdo y de nuevo el recuerdo que golpea, vuelve a golpear.
La gente piensa en Seattle y en los músicos muertos y se acuerda de Kurt
Cobain y sus veintisiete cortados de golpe por él mismo, pero la gente
no se acuerda de Mia y sus veintisiete y su muerte en Seattle cortados de golpe
por un hombre que no tuvo miramientos en hacerla asfixiarse hasta quedar ahí,
muerta. Yo pienso en ella, quince años después, porque pasaron
quince años antes de que yo me aprendiera su nombre y amara su música,
amara su voz. Pienso en ella y pienso en una de las líneas que más
recuerdo del puñado de letras que trato de aprenderme,
es esa que dice: death is the sickest way for attention.
Etiquetas: de mis afectos, ecos de otros, escritura automática, la muerte, los de adentro, querido diario, thank you for the music
Nunca he entendido por que la gente alaba tanto a los cantantes que se suicidaron... Son un ejemplo para ellos, pero creo que pocos se atreverían a matarse coo hizo su idolo.
No conozco a la cantante de la que hablas pero averiguaré y te daré mi opinión.
Me carga sentirme ignorante!
Beso!
No me gustó, pero al menos estoy retomando mis lecturas paulysticas.
Te quiero igual.