Keep it quiet martes, noviembre 04, 2008
No debería leerlo tanto, pero no tenía para qué acercarme la cara para que yo le tomara la fiebre. No debería haberme dejado tocarle la frente para que solamente después, mucho después, se me ocurriera que podría haber quitado la mano rodeando su mejilla, robándole una caricia. Tocándolo espontáneamente, como solamente hice un par de veces: entonces quizás la fiebre se le pasara más rápido, porque estoy segura de que la medicina que le dió el viejo no era la responsable de que tan pronto pasara del frío a entibiarse y después al calor, y yo que le digo no te desabrigues, toma agua, eso te pasa por andar saliendo de noche tan pronto, te dije que no te ibas a morir, ¿no?, y luego gracias, no sé por qué, pero que conversando contigo se me pasó, y yo no quería sonreírme, pero quizás lo notó de todos modos. Luego pensé en mirarle la mano y ya me sonreí menos, porque siempre estará ahí grabada la inicial del nombre de esa otra mujer.
Etiquetas: de mis afectos, el miedo, lo de ser mujer, los instintos, querido diario, soltera sin compromiso
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