Hoy mandé un mensaje desde la perspectiva del fan a Donna Dresch. Bueno, vale, la envié por Facebook, pero con la certeza de que iba a la persona correcta por eso de los amigos en común (la amiga en común era Tamra Spivey, que cuando me agregó dijo que era productora asociada de la película de The Gits —nota mental para buscarla— y que luego me enteré es la vocalista de un grupo punketo que se llama Lucid Nation y que he escuchado poco pero se oye muy bien). Y bueno, no dije mucho. Que la música de ustedes es tan maravillosa, que me alegra tanto que hayan vuelto. Que no creo que mucha gente las conozca por estos lados pero que a mí me encantan. Que las conocí por culpa del chico punk que me gustaba y en esa búsqueda por entender su ideología había encontrado música de mi agrado y luego el riot grrrl y luego a ellas por las conexiones entre artistas. Me pregunto muy morbosamente si acaso Donna va a leer toda la nota. Yo me imagino que sí. Qué se yo: si yo fuera artista, a mí me parecería curioso que alguien de tan lejos de sus tierras me conociera, más cuando la música de ellas la llevaba hace como quince años. No creo que me conteste, claro, pero bueno, primera vez que hago una cosa así y se siente extraño, pero me parece completamente justificable ante el antecedente de haber escuchado unas quince veces seguidas la misma canción de Team Dresch, tratando de seguirle el canto a Kaia.

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