Breaks the bowl jueves, octubre 23, 2008
Mi oftalmólogo —un hombre francamente adorable, muy atento, y mucho más profesional de lo que había visto en varios años— me mandó a sacar lentes nuevos con un par de numeritos y unos grados, y me enteré hoy con el contactólogo de que son para el astigmatismo. También en mi receta sale un lente para mi ojo ciego, para ver si puedo mejorar la visión periférica. Lo malo de tener que usar lentes en el ojo ciego es que la visión doble, especialmente de cerca, se agrava mucho y es molesto, pero estaré probando esta semana para ver qué ocurre y si me decido a usarlos. Hasta ahora me inclino por hacer el esfuerzo, porque dijo el contactólogo que si no obligo a mi ojo ciego a trabajar para ver más adelante va a comenzar a dejar de moverse, y quizás en unos años me toca andar con estrabismo y cero sex appeal.
Ya van a ir diez años desde lo del accidente, cuando me quedé parcialmente ciega. A veces pensaba en ir a reabrir la demanda para que los tipos de la empresa me paguen los tratamientos oftalmológicos de aquí hasta mi muerte o hasta que salga algo para que yo pueda ver de nuevo —aunque ya ni me imagino cómo será eso de poder ver lo que pasa del lado izquierdo de mi cuerpo—. Después de todos estos años, sin embargo, aprendí a moverme siempre para el lado derecho. Hoy cerré el ojo derecho por unos minutos e intenté hacer algunas cosas en el cuarto de baño. Casi me voy de bruces. Dice Marcelo que cuando era más chica y estaba recién salida del hospital solía botar los vasos y toparme con cosas que no alcanzaba a ver.
Etiquetas: ceguera, mis innumerables talentos, querido diario
cuando pasamos al lado de las personas no nos imaginamos toda los problemas que hay en esa almas o todas las cosas por las que han tenido que pasar...