Gracefully viernes, marzo 21, 2008
Digamos que los carretes nerd que terminan a eso de las ocho de la noche me
están haciendo bien en la vida. Ahora que una es más grande los
mejores amigos siempre viven muy muy lejos y tienen que irse temprano porque
ninguno de nosotros parece ser fan de la vida nocturna (excepto el Fabián
que ahora es un suelto).
El panorama de Viernes Santo: en vez del recogimiento, escogimos comer como
si se fuera a acabar el mundo. Dos pollos asados tuvieron la fortuna de acompañarnos
y por algún extraño motivo terminaron bautizados como Lindy y
Carlalí (que en paz descansen). La Carito les habló, el Fabián
voló con las alas de Lindy (aunque me perdí eso), Cristóbal
trozó profesionalmente a las pobres chicas y yo... bueno, no sé
qué hice, compré el pollo, ¿no?
Antes era mejor como para armar crónicas de estos días en que veo a mis amigos del bien, pero ahora creo que perdí el talento y de todos modos no importa tanto porque vale decir que la pasé muy bien y que me reí harto y que deberíamos dejar de comer tantas cosas raras. Nota mental de recortar el camión de bomberos para el Fabián, también. Nota mental de alejar a Cristóbal de mi cesta con huevitos de pascua. Nota mental de no preocuparme cuando la Carito le esté hablando a la comida.
Eso, voy a dejar la foto del bien que sacamos en el ascensor. Gracias, niños! ♥
Etiquetas: aventuras compartidas, de mis afectos, querido diario
Linda!!
Gracias por el pollo, la paciencia con las zapatillas (con las blancas tambien) y por el cariño. tú sabes que se te adora. Y que tus ideas plasmadas en este bló son geniales, porque lo haces con el corazón. Ya, me pongo al día contigo, viste amors?
Saludos.
Y sí, Fabián es un suelto que vuela con las alas robadas de los pollos esos.