Una razón por la que mi vida es una desgracia entretenida:
A mí nomás se me ocurre ir al supermercado con tacos. Eso de creerse mujercita y decir, después de vestirse con la polera hardcore que le regala su papá a una (sí: y creo que hasta me gusta, no sé si así harto, pero igual un poco, aunque es larguísima y eso no me agrada) que se va a poner los tacos de la graduación. Una cosita poca, tres centímetros, one shitty inch y no más, pero una hora arriba de eso después la deja a una con un maravilloso par de ampollas al lado del dedo gordo, que fueron subsecuentemente reventadas y después pasadas a llevar con quitaesmalte, y si no grité cuarenta palabras soeces al hilo es porque soy una muchachita educada. No sé cómo lo voy a hacer cuando tenga que dar pruebas formales, o cuando me toque ir a trabajar. Oh, el trabajo. Si pudiese andar con zapatillas toda la vida sería feliz más que feliz.. En su defecto, ya veo que más adelante tendré que usar esos Zapatos Horribles Para Viejas Bien Viejas. Pero lo importante es salvar a mis pies de las ampollas: que salen de todos modos con zapatillas, especialmente después de caminar quince kilómetros en el Moot.

Pero compré pan (primera necesidad), chocolates (no huevitos, pero necesarios también), peras y manzanas (en un arranque de vida sana, o quizás para equilibrar los chocolates), un cepillo de dientes nuevo, de color violeta evidentemente (alguien se robó el mío, que era azul), y también aguanté como quince minutos de cola para pagar seis cuestiones. Aparte de todo eso me volví a arreglar las uñas y leí el libro II de Heródoto completito. Cresta que me siento productiva. Aunque me preocupa el hecho de que me haya gustado el estilo de escritura del Heródoto este, yo pensé que iba a ser fome (porque esa clase es fome, sin duda). Como sea, que están terminando las noticias, y después de las diez es horario de adultos, y a esa hora una no puede estar despierta, o en su defecto leer sobre los ritos fálicos que tenían los egipcios y que después copiaron los griegos. Dionisio quiridi, eres un total libidinoso.

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