Mi hermano, y el Transantiago again miércoles, marzo 21, 2007
Uuuu, me acabo de dar cuenta que no comenté que llegó mi hermano de visita. El Freddy tiene 32 años y vive en Barcelona, y hace dos años que yo no lo veía. Como siempre, ya se tiró arriba mío con sus ciento y tantos kilos de humanidad y me hizo muchas cosquillas (atroces, porque tiene brazos grandes y no puedo arrancar). La primera foto juntos es esta:
Y pues de la foto saco unas cuantas conclusiones:
1) No sé si tenemos patas parecidas, aunque nos parecemos harto así por ser
2) Allá es invierno y ese color de piel de mi hermano es su color natural. Mi blancura también es natural. Mi análisis de la situación es que yo soy más blanca porque soy más evolucionada que él (y porque 14 años hacen la diferencia)
3) Yo calzo treinta y ocho.
4) Mi hermano calza CUARENTA Y SEIS.
5) A eso prefiero no darle explicación.
6) Dentro de todo, andamos por ahí nomás de peludos.
Lo otro en que nos parecemos es que los dos tenemos una rasta en la cabeza, pero la mía es mínima y por culpa de la trenza, y él tiene como cuatro metros de dreadlocks por todos lados (menos arriba, porque dice que tiran mucho). Y los dos tomamos siesta a las tres de la tarde porque esa hora es sagrada.
Cuando yo era chica el Freddy (y el Marcos también) dormían como hasta las 5 de la tarde y a mí me parecía notablísimo, nunca lo pude hacer. Por estas fechas no puedo porque vivir en esta pieza implica que a las 9 de la mañana ya me estoy cagando de calor.
Lo otro: se nota que están sacando micros de acá de Bellavista de la Florida pa tirar a otros lados y que no colapsen en La Cisterna, porque ahora estoy haciendo cola media hora pa tomar una micro por cinco minutos, y la gente no se sube a todas las que pasan porque vienen tapás con gente.
Las monitoras, cada vez que se abre una puerta, se instalan en las salidas para que nadie se cole. Un viejo pelotudo se coló hoy por una puerta y la monitora lo increpó y la estupidez que dijo el tipo fue la siguiente:
"No sé ná yo, yo tengo que llegar a mi trabajo"
Por ende todos lo miramos, por imbécil, y llegó otro monitor que es bien choreque y le dijo "oiga pero toda esta gente está haciendo cola y usted llega y se sube, le roba el lugar a todos ellos" y el viejo siguió en sus trece y mientras se cerraban las puertas del micro le gritaba "es un ladrón, un ladrón". Yo que el tipo lo hubiera bajado de una oreja. Después me di vuelta y le comenté a la señora en frente mío: "claro po, yo tengo que llegar a mi trabajo y nosotros estamos puro hueviando aquí entonces". Viejo fresco. Igual la gente de la micro no hizo ná, y nosotros tampoco (así que igual tenemos culpa) pero qué estupidez, como si nadie más tuviera que llegar a la pega. Mal que los tipos que estaban filmando al otro lado de la vereda no captaron eso. Como dice la doctora Polo ♥ muestren la cara de este sinvergüenza.
Mañana o más rato vuelvo con el relato de nuestro mechoneo novateo extrím de Letras, hoy por la mañana, que estuvo muy bueno. Saludos al Rey y al Reina también.
Etiquetas: querido diario
0 Respuestas a “Mi hermano, y el Transantiago again”