Un niño quedó parapléjico en una protesta y una señora murió de ataque de pánico o alguna cosa por el estilo en el metro durante esta semana noticiosa. ¿De quién es culpa? Pues de quién. Del Transantiago. (Más específicamente, de Bambán y sus explicaciones, pero por ahora dediquémonos al fenómeno en general). Porque todo lo que le pasa al santiaguino estos días es culpa del Transantiago.
Me encanta llegar a un cumpleaños sorpresa (felices 18, Carito!) y encontrarme con niñas que nunca vi en la vida pero que discuten cosas coherentes, como esto... porque si en algo acordamos todas es en que la culpa de todo la tiene el Transantiago, y a los involucrados les importa un bledo que el niño parapléjico haya andado robando mientras ocurría la protesta (o alguna cosa por el estilo) y que nada, porque el Transantiago mire lo que provoca en la gente, si ya no se puede vivir en esta ciudá.

Aún así, me aterra andar en metro estos días, otra de las cosas que comentábamos hoy en la sobremesa, en la casa de Cristóbal. Él dice que su familia es disfuncional y yo la encuentro muy entretenida... eso quizás porque mi familia es mi núcleo y nosotros no tenemos familiares con quienes compartir - porque son de los que aparecen cuando necesitan plata y esa clase de cosas. Y a ninguno de nosotros nos gustan los interesados, especialmente los poco interesantes.
Hay un arte, eso sí, en tirar chuchadas con estilo....
Igual me devolví a casa hace una hora en metro, y al menos no iba tan lleno (pero en día de semana, no lo tomo a esa hora ni loca).
Oye Rock, fue rico verte :)

Otra cosa: falté a clases dos días seguidos. Uno porque era el paseo a la playa y yo estaba enferma y se supone no habrían clases, o en boca de los del CEL "da lo mismo que se pierdan una", y al otro día porque se me pasó el dolor de garganta (y picor de oídos, lo más espantoso), pero en trueque con una jaqueca atroz. Que no me dejó tranquila incluso después de como cinco pastillas distintas.

Y la nota más espantosa de todas: hay hormigas en mi casa. Lo que para el común de la gente es muy normal y más en verano, no lo es para mí, por la sencilla razón de que vivo en un noveno piso y a al menos 30 metros del suelo. Mi vieja dice que hay un nido en las plantitas de la terraza y yo sólo quiero que alguien venga con un tarro de Tanax y las mate (sí, sí, la Pauly es pro protección animal pero las hormigas no me gustan, porque cuando son muchas me pongo histérica y grito... tírenme cucarachas, abejas, arañas y me da igual, pero póngame un puñado de hormigas en frente y me muero), porque no quiero volver a ir a la cocina tan tranquila y encontrarme conque la mesada está tapada con hormigas que se pegan antenazos y atacan un trozo de hamburguesa olvidado ahí. Las quité con un paño y después se le quedaron pegadas (así que tiré el paño lejos, porque no estaba dispuesta a sacarlas con mis manos, a tocarlas). A las demás, simplemente las ahogué sin reparos. No me vengan a tirar hormigas. No me calza que vivan a tantos metros del suelo.

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