Korean Cookies jueves, noviembre 30, 2006
Tengo un par de amigas gringas que, por distintas razones (una por vocación personal, por amor a sus huerfanitos; la otra, por ser la mujer de un militar) se fueron a vivir a Corea del Sur. Ambas están igual de locas y me hacen reír muchísimo, como hoy, cuando apareció mi mamá con una caja gigantesca en mi pieza. Era para mí. Envueltas entre un montón de papeles de periódico en coreano, una caja gigante de alitas de pollo de Estados Unidos, y forradas en papel café de embalaje, venían estas galletitas.
Son de arroz inflado bañado en miel, y después pasados de vuelta por arroz inflado en trocitos. Ya me comí una y se me queda pegada en los dientes, pero saben muy bien, a pesar de que yo les pondría un poco más de miel, porque me gustan los sabores exagerados.
Mi primer regalo de Navidad dos mil seis llegó por correo certificado, pesó 800 gramos y recorrió un montón de kilómetros desde alguna parte de Seúl. Thanks, Betty Lynn & Mirim!
Etiquetas: querido diario
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