Me carga la gente interesada. Es que realmente me carga que haya personas que solamente me saludan para pedirme algún favor (y me refiero a las personas que sólo me hablan para pedir un favor, cero interés en conocerme, en ese momento o en otro, porque si un amigo quiere algo es radicalmente distinto a que un completo extraño me necesite). Mi más memorable momento con respecto a eso fue en la última prueba de Química del semestre pasado. Un loquito equis (que supe su nombre harto después, Nicolás Sanzur creo que era) como que me miró y me dijo: "Oye Paula (primer error: JAMÁS me llame Paula), me soplai???"
Y yo... creo que lo miré con mi mejor cara de odio y le dije alguna cosa parecida a "Claro po hueón cuando en tu vida me hai saludao!" así bien fuerte. Y otro niño equis que estaba al lado de él dijo "wuoooo" y empezó a carbonear. Pero claro. Es que en verdad me molesta... creo que soy una persona increíblemente valiosa y no estoy pa las parás de la gente que quiere sacarse buena nota porque se tiró las pelotas todo el tiempo. Eso lo incluye a Max porque no se leyó el Proceso y yo lo leí por él, para que el estúpido ni siquiera me haya hablado en una semana completa pa decirme "ya filo, novoyahacerlapruebagracias". No le habría costado nada. Y por eso estuve muy enojada con él y le terminé gritando muchas cosas.

Pero lo que me dio rabia fue el lunes pasado. Estaba sentada yo al lado de Dani Weise en la mañana (Contacto... esa hora callampa) y llega Max atrasado. Saluda al Mono, lalalá, llega al lado de Weise/atrás mío y lo saluda de lo mejor y se pone a conversar.
A mí, ni me pesca.
Loco, venís llegando. Supongo que soy tu amiga y por lo menos me merezco el saludo. Ándate a la mierda entonces.

Jaj es como enrabiado mi post. Osea sí. Pero... ya me descargo y me olvido. Tengo que preparar mis risas mañana para nuestro plan contingente con la Poli - lograr que la Mila a) me preste su cámara el fin de semana o b) me diga, sinceramente, "saís que me da lata prestártela"

Saludos a Pato Vargas, que no lo vi en todo el día hasta bien entrada la tarde, y me tenía preocupada el hombre.

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