Una compra once panes hoy a la una de la tarde en el Líder. Estaban calentitos los panes y no habían bolsas de papel, así que igual los mete una en una bolsa de plástico normal para que suden los pancitos. Llego a la casa y abro bien la bolsa para que se terminen de enfriar los panes y no queden todos sopeados ahí. Cuando ya están bien cierro la bolsa con un nudito cualquiera. Hiper fácil de abrir porque no estaba ni apretado.

Pero AHORA, ahora que alguien fue a comer, no pudo abrir el nudito y sacar un pan, nooo, tuvo que agarrar la cagá de bolsa y hacerle un HOYO gigante, enorme en toda la mitad. Es que me enferma eso. El tema con el pan es que hay que mantenerlo en una bolsa cerrada, para que no le entre aire y se endurezca (no, señora Juanita, la bolsa de género no le va a servir, porque se pone duro el pan de todas maneras), y por eso yo lo dejo con el nudito. Pero viene esta persona y me hace cagar la bolsa. Así que ahí empieza el problema. Ahora metí la bolsa más chiquiturri en OTRA bolsa Líder, a ver si sobrevive el pan, pero no tengo muchas esperanzas.

Somos cuatro en la casa y yo compro once panes. De repente es mucho, pero a veces mi vieja compra medio kilo y no alcanza a durar un día. Pero cuando queda un poco, invariablemente alguien va a comer y rompe la bolsa, dejando el pan ahí desparramado a vista y paciencia de quien entre, y nadie se digna a meterlo en una bolsa otra, cualquiera, para mantenerlo fresquito. Después yo voy en la mañana a hacerme desayuno antes del colegio y veo pan encima, pero cuando lo agarro está como palo.

Y no, yo no soy de la gente que calienta el pan y se lo come calentito antes de que se endurezca otra vez. Es que me da rabia. Después la retan a una por no desayunar. Pero es que es simplísimo meter el pan en una bolsa. Abrir la bolsa y cerrarla de vuelta cuando se terminó de comer el pan ese. Pero noooo. En mi casa no-se-puede.

Por favor, guarde su pan. Se lo pido encarecidamente.

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