El amor, el tacto y el Transantiago lunes, febrero 12, 2007
Respuesta a algo que escribió la Vale:
Yo sí creo en el amor a primera vista porque me pasó. El día en que volví a scout y nos presentaron a mí y a la Dani (que al final no se quedó) en frente de todo el grupo, y los chiquillos tiraron besos y cuestiones ridículas como esas, lo vi a él parado detrás de sus lobatos y me llamó la atención de inmediato. Fue una cosa instantánea de ver su forma desde mi miopía y los diez metros que nos separaban, y me encantó. Una cosa como cinco semanas más tarde lo vi de cerca y me encantó más... diez minutos después nos presentaron, hola hola qué tal, Pauly, Francisco, etc etc en el metro conversando y no creo que nunca antes en la vida le haya sonreído tanto a un chiquillo porque juro que fue impresionante. Cuando me bajé del metro yo solita ahí en Vicuña Mackenna iba con una sonrisa enorme como esas del comercial de Bresler (que francamente me asusta). Claro, seguro que tuvo que ver algo en el asunto el hecho de que este Francisco es prácticamente la imagen del hombre físicamente ideal para mí, pero hablarle y que me siguiera gustando fue otra cosa. Yo sí creo en el amor a primera vista. Lamentablemente mi ojo amorósico no estaba muy bien entrenado y por ahí, después de algunas desilusiones y peleas varias, todo eso ya se me pasó, pero cresta que existe. Es rico cuando pasa eso. Aunque también es rico eso otro de ir conociendo a la persona y caer poco a poco... de repente hasta cambiando de opinión completamente acerca de esa persona...
Y hablando de eso, pero en un plano nada que ver, hace dos entradas atrás menciono a Hans que me caía muy bien y estábamos entrando en armonía. Bueh, eso no va más. Con él no lo conversé, pero sabe todo lo que pasó porque sé que me escuchó hablar con otros de los niños en el campamento, más de una vez, y básicamente lo que pasaba era que nos fuimos sentados juntos de ida a La Serena y entre esa noche y la siguiente me tomó tanta atención, me habló tanto, me... no sé, abrazó tanto y esas cosas que me apesté. Es que no me gusta que me toquen tanto cuando recién vengo conociendo a alguien o no le he dado la confianza... yo soy muy de piel, a menos que esa persona me corte mucho (me pasa con varios y varias), pero también creo que tiene que ser una cosa gradual. O quizás tuvo que ver el hecho de que después de tocarme tanto las manos, me haya preguntado como a las seis de la mañana si acaso estaba pololeando, "para no cagarla", textual. Es que esas cosas no se preguntan.
No sé... leyendo a la Austen me acuerdo de Jane Bennet, a quien toda la familia de Bingley atendía con la mayor de las sonrisas, y ella en cierto modo afianzaba su cariño y admiración por él, gracias a estas atenciones. Yo no sé si puedo ser así. Una palabra bonita, desde luego, es siempre bien recibida y una sorpresa aún más, a pesar de que no me gusta que me pillen, pero um... no sé. Es que no tengo valores absolutos para esto. A veces soy demasiado cambiante... quizás el cabro no tiene la culpa. Pero en fin.
Hecho notable de hoy: despertar a las seis de la mañana cuando llegamos a Santiago, caminar hacia el terminal Alameda y pedirle orientación a una señora que vende calcetines, y que yo la vi en un reportaje del 13 creo en la tele no hace mucho, ver que el metro estaba pasando cada menos de 90 segundos gracias al Transantiago en horas punta, y ver a este par de chiquillos Hurtado, aparte de conocer a los incondicionales. El Andrés se afeitó la barba de náufrago, gracias al cielo, y conversamos harto también. Es rico copuchar de la vida, a pesar de que una esté con el pelo sin lavar hace dos días y ande enferma de inmunda y encima Cristóbal haya esperado verla a una como con manchas de suciedad!
Así que buena suerte a esos dos, allá en el sure (yo quiero ir... creo que estoy ya un poco shata del norte). Yo, por ahora, me limitaré a dormir.
Etiquetas: querido diario
si existe el amor a primera vista..o x lo menos mi tipico gustazo pauly!
aunke aveces son tan idealizados esos amores...