Pongo miel en las historias que te cuento viernes, junio 29, 2007
Encuadre: nueve y media de la mañana, esquina de Vicuña con el
Boulevard del Plaza Vespucio.
Un par de chiquillos escolares caminando por una cuadra y yo por la otra. De
repente uno de los chiquillos me dice OYE! y yo levanto la mirada desde mi fotocopia
de la Divina Comedia y me pregunta de vuelta:
¿Verdá que tú no erís járcor?
Y yo jajajajaja CASI ME MORÍ. Negué con la cabeza y seguí
caminando por la vida. Es que fue terrible. Él me dijo vale gracias.
Yo me fui riendo.
Examen final de Literatura Universal y definitivamente no me fue tan bien como
yo quería, pero a estas alturas ya me da un poco igual. Es que era demasiada
memoria y poca aplicación (menos a estas alturas de la vida). Pero tuve
un buen día, creo, y en un rato más me apresto a caer en coma,
a menos que me armen panorama rápidamente - ¿qué pasa con
esas galletas?
Otra cosa es que mi mami compró TRES tarros de leche condensada ayer,
que fueron cocidos rápidamente y ahora tenemos manjar casero, un placer
que roza en lo libidinoso ya. Pero resistiré la tentación y no
me comeré el tarro completo. Buenas noches.
ETA: Vi a Gonzalo en el metro el viernes. Gonzalo fue el niño de quien me enamoré por primera vez en serio (una cosa de un año, quizá más), mi primer mejor amigo y uno de los hombrecitos más adorables que conozco, a él lo amo con toda mi alma. Y no lo veía hace tanto tiempo que fue hermoso. Lo veo bien, aunque ya no esté estudiando y se fuera a vender ropa en el centro; cabello corto, tan pequeño como siempre, tan abrazable aunque no nos abrazamos tanto. A veces me acuerdo de él y de ese campamento hace un año. Se vino durmiendo sobre mí todo el camino de vuelta a Santiago y yo feliz regaloneando con mi negro; ha sido parte esencial de mi vida desde los tiernos doce años, cuando se apareció por nuestros dominios, seducido por la cabellera pelirroja de la Pía.
Etiquetas: aventuras compartidas, examen de paciencia, los instintos, querido diario
Si poh...Mozilla vale HONGO porque me borró mi comentario.
Feo feo.
Bien feo también el comentario. Tú no puedes ser járcor porque no tienes un gato chascón en el cuello. Sólo por eso. Herejía pura.
Ah y si no quieres pecar, haz pecar a otro, llamado sencillamente Fabián.
Teletubbies con cocadas para tú.
Un gato chascón en el cuello? jajaja.
Que risa la Jarcorita esta, si igual se piensa o se te ve un poquito..por lo morá y los pelos parados algunos.
Y, lachando para variar...